A muchos nos provoca salir corriendo cuando de límites se trata, pero lo cierto es que estos son una parte esencial de la crianza de nuestros pequeños, sin ellos estaríamos como barco a la deriva.

Pero qué pasa si cambiamos la palabra “limites” por la palabra “guía” se siente un poco más agradable verdad, pues entonces vamos a iniciar desde allí.

Quiero que comencemos reflexionando acerca de esto, ya que estas “guías” son tan necesarias que las podemos comparar con las señales de tránsito.

Imagina salir a la calle y conducir tu auto libremente, donde nada te indique donde parar, donde estacionar, cuando viene un cruce, o si tener precaución porque la curva es peligrosa, suena un poco divertido y relajante si lo vemos así, pero recuerda que tú no estás solo en esa autopista, avenida o carretera, que allí hay al menos mil carros más y que todos se quieren dirigir a donde desean, sería un total caos verdad.

Pues así son los límites de necesarios para nuestros pequeños, ya que son estos los que los van a conducir por la vida y les van a enseñar cuando deben parar, donde sí se pueden estacionar, y cuando deben estar alertas porque eso puede desencadenar una situación de riesgo, son las señales de tránsito dentro de esta ruta llamada vida.

Lo que no se nos puede olvidar a la hora de guiar a nuestros pequeños, es que debemos hacerlo partiendo desde la empatía y el respeto. Les aseguro que si se abrazan a estas dos palabritas, será mucho más fácil el transcurrir de este camino.

Al guiarlos, así como le decimos eso que no pueden hacer, es sumamente importante que también le digamos lo que si pueden.

No importa cuán pequeños sean, siempre merecen nuestro respeto y si desde allí cambiamos nuestra mirada y logramos ser empáticos con sus necesidades podremos establecer bases de armonía entorno a la crianza.

Lic. Daniela Navarro

@licdanielanavarro

Licenciada en Educación Especial

Especialista en Trastorno del Espectro Autista y Trastorno por Déficits de Atención

Family Coach

y mamá de dos.