DE CUNA A CAMA ¿Estará listo?

Desde que nacen nuestros pequeños tesoros, los tenemos muy cómodos durmiendo en su cunita. Se sienten protegidos en ese espacio diseñado especialmente para ellos, rodeados de barandas y peluches para acompañarlos. Poco a poco empiezan a crecer y a entender lo que ocurre a su alrededor. De repente, nos encontramos con el grupo de los “Spiderman”, los que escalan los barrotes y se bajan de la cuna. También tenemos a los de “la cuna tiene espinas…”, que cada vez q los vas a acostar gritan como si les estuviera pasando algo, no les gusta su cuna y no parece que están cómodos en ella. El tercer grupo son niños que duermen muy tranquilos en su cuna y por culpa de un nuevo hermanito, “me van a destronar, quitar mi cuna, mudar de cuarto y aparte me toca compartir a mis padres”.

Tres escenarios diferentes, tres razones bastante válidas para considerar pasar a nuestros hijos a cama. ¿Pero será lo correcto? Estudios nos muestran que antes de los 3 años los niños no tienen la madurez suficiente para entender que deben de quedarse en la cama durante toda la noche. Los pasamos a su cama nueva por precaución o por desesperación y es aquí en donde empiezan los problemas, nos encontramos con niños que visitan a sus padres en la noche, con los que logran meterse en la cama de sus padres y los que caminan por la casa en la oscuridad poniéndose en peligro. Antes de tomar una decisión que parece tan sencilla y que pensamos que nos va a resolver todo el problema, STOP y piénsalo bien.

No hagas ningún cambio tan importante hasta que el niño no aprenda a dormir bien, esto no va a resolver el problema de sueño, el sueño es un hábito y debemos de enseñarles buenos hábitos poco a poco. Si no duerme bien en la cuna, lo más probable es que tampoco lo haga en la cama. Si viene un hermanito en camino, puedes ponerlo en una cuna viajera por unos meses hasta que el hermano grande ya esté listo para pasar a su cama nueva. La llegada de un nuevo hermano a la casa es un cambio bastante grande para ellos, mejor no hacer dos cambios grandes a la vez. Y si tienes a un Spiderman en la casa, puedes considerar bajarle el colchón un poco más de lo que tiene (muchas veces un ebanista puede ayudar con esto).

Cada niño es un mundo y no tenemos la receta perfecta para cada uno, pero muchas veces cuando leemos y nos educamos un poco, podemos poner diferentes ideas en perspectiva y pensar las cosas un poquito mejor antes de tomar una decisión. Recuerda que con pequeñas cosas que cambiamos podemos ver una gran diferencia en nuestros niños.

 

Ayelet y Sara

@KeepTheSleep

Consultoras de Sueño certificadas por Family Sleep Institute

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