¡Desde que Dios nos pensó en su Infinito amor, nos creó y soplo en nosotros el aliento de la vida!
Y nos pensó para llegar a este mundo, en medio de una FAMILIA, nos pensó como seres de relaciones, de vínculos y de lazos afectivos. Es así que en ese núcleo de amor, que es la familia, formada por un papá y una mamá, cada uno de nosotros empezamos a generar vínculos, empezamos a desarrollar formas de comunicarnos los unos con los otros, empezamos a amarnos , a conocer a quienes nos rodean y aprendemos así que cada ser humano es único, original e irrepetible.
Generalmente cuando un bebe llega al mundo…los padres tenemos esa maravillosa capacidad de empatizar, de contener, de escuchar, de poder jugar y dedicarle tiempo…hay una sintonía de amor que se va perfeccionando día a día.
A medida que los niños crecen…el tiempo parece apoderarse de nosotros y empieza a levantarse una extraña distancia que acecha, queriendo cortar esos lazos primarios tan nutritivos y enriquecedores que nos unieron desde que fuimos llamados a la vida!
Nos preguntamos entonces…que pasó, que hacer y cómo rescatar esos vínculos. Menuda tarea la de ser Padres, carrera que no se enseña en ninguna universidad y que solo se aprende en el mismo camino de ser y transitar la maternidad y paternidad.
Es importantísimo tener en cuenta que:
Somos nosotros los adultos, los responsables de enseñar y guiar a nuestros hijos en el viaje de la vida, manejando y encauzando nuestras emociones e impulsos.
Que nuestras miradas, gestos, postura y tonos de voz conformen una actitud dispuesta y receptiva en cada ocasión.
Escuchar, validar sus sentimientos, valorar sus opiniones, aunque sean diferentes a las nuestras.
Confiar en nuestros hijos para que ellos confíen en nosotros, aunque a veces nos dé miedo lo que nos digan o no estemos claros de cómo ayudarlos.
Transmitir nuestro mensaje de manera positiva utilizando frases contenedoras y amorosas “Eres muy especial”, “Te amo”, “Estoy orgulloso de ti”, Eres único”, “Cuentas conmigo”.
Ofrecer una sonrisa, un beso, un abrazo.
Disponer de tiempo de calidad con ellos para: jugar, leer un cuento, rezar juntos, charlar sobre el día.
¡Rescatemos esos lazos de amor! ¡Es todo un desafío!
Desafío que implica esfuerzo, paciencia, amor y perseverancia. Que esos lazos primarios sean para nosotros, fuerza y motivación inspiradora para encarar el vínculo cotidiano con quienes amamos.
Una buena comunicación desarrolla en los niños, la confianza en sí mismos, afirma sus relaciones con los demás, dando lugar así a relaciones sólidas, empáticas y de cooperación. Y nos permite como padres disfrutar de nuestro rol.
Mariela Márquez
Lic. En Psicologia y Directora de @creandolazoshoy
GUIA DE LOS NIÑOS
Es una revista bimestral de distribución gratuita.
Tirada: 10,000 ejemplares.