Al referirnos al niño con ADHD, o ADD (síndrome de déficit de atención con/sin hiperactividad, o al OD, comportamiento oposicionista desafiante y otros muchos más), olvidamos que detrás de estos nombres hay seres humanos. Pareciera que el niño es la viva representación de lo que esa etiqueta connota y no se logra ver más allá de ella.
Lo contrario, establecer que un niño es genio o cualquier otra asignación que represente sobresaliente, tiene la misma influencia. ¿Sería positiva esta influencia en el desarrollo de este niño?
Años atrás se realizó un interesante estudio conocido como el Efecto Pygmalión.* En éste, se demostró la influencia que tenía la expectativa de los maestros sobre los resultados de sus alumnos, aún si la información acerca de sus aptitudes era falsa. Podríamos entonces concluir que si bombardeamos a nuestros hijos/estudiantes con nombres que los califiquen como exitosos, ellos podrían resultar la profecía que se auto realiza.
Las expectativas que tenemos son un indicador importante de los resultados que los niños puedan llegar a tener, pero, ello no es lo mismo que etiquetar como “genio”o“brillante”. Dígale a su hijo/a todos los días que es un genio, que es superdotado , y logrará que piense que merece todo en la vida, que no tiene que esforzarse porque él/ella ya lo sabe todo, no necesita estudiar más. Por otro lado, si él es hiperactivo u oposicionista, no hay mucho que pueda hacer; pues hasta él mismo termina por convencerse de que eso es lo que es. Será digno de lástima, estará esperando que le acomoden todo para que logre el mínimo y se resignarán con eso.
Qué necesidad tienen los maestros o especialistas en etiquetar los comportamientos? Cuál es el beneficio de tener un “nombre” para identificar los rasgos de un niño, que dicho sea de paso, no se logran replicar en dos niños a quienes se adjudica el mismo título?
Los seres humanos somos únicos, como nuestras huellas digitales. Promover el desarrollo de la mente redunda positivamente en los resultados académicos y conductuales de los niños. Los padres y maestros deben fomentar la “actitud”, “esfuerzo” y “estrategia” de sus hijos/estudiantes, y éstos lograrán cambios favorables continuamente. No somos inteligentes, ni somos tontos. Todos tenemos la capacidad de desarrollar nuestro potencial a niveles superiores de donde se encuentran. Cualquiera puede mejorar si creemos en él/ella, si le enseñamos optimismo y si nos enfocamos en sus actitudes en lugar de sus aptitudes. El primer paso es cambiar nuestra forma de expresarnos.
Los padres y maestros de hoy estamos conscientes del gran efecto que tenemos en los niños, futuras generaciones. Estamos dispuestos a tomar los grandes desafíos si ellos arrojarán mejores resultados, mejores personas. Confiemos en nosotros, hemos hecho cambios más difíciles. Este, también lo podemos hacer.
Patricia Bentolila, MSc.
DIRECTORA A.D.D. Aprendizaje Dinámico Dirigido
Directora Rincón Infantil Montessori
Cel: 66763225/3999922
GUIA DE LOS NIÑOS
Es una revista bimestral de distribución gratuita.
Tirada: 10,000 ejemplares.