La grafomotricidad es un término para describir el movimiento de la mano al escribir y es parte de la motricidad fina (“grafo”, escritura, “motriz”, movimiento). Esta se desarrolla en los primeros años entre los 3,4,5 años hasta alcanzar la madurez necesaria para que el niño desarrolle y controle los gestos gráficos que permitan una adecuada escritura. Para que esto suceda es necesario haber pasado antes por muchos momentos de experiencia vivenciales de trazos y con esto no me refiero a estar solo sentado y repasar palitos, montañas o espirales, sino a dejar libremente al niño a expresarse y jugar con todo tipo de materiales, pinturas, pinceles, arena, espuma, masilla… convirtiendo este proceso en algo divertido, sin presiones.
Cada niño adquiere en un momento diferente el control de su propio cuerpo, la coordinación, la motricidad, la lateralidad, la atención… y muchos otros aspectos que entran en juego para lograr un adecuado proceso grafomotor, es un proceso individual que hay que respetar.
¿Pero qué pasa si esta grafromotricidad no se desarrolla de manera adecuada?
Que podemos observar:
Podemos ayudar en casa a través de juegos y actividades como:
El niño aprende moviéndose e interactuando con los elementos del entorno por aprendizaje directo, imitando modelos, por la intervención y estimulación de los adultos. Cualquier actividad que se plantee ha de ser motivadora y significativa.
Licda. Yaksini Torres
Terapeuta Ocupacional-Integración Sensorial
CENTIR
Therapytoolspty@gmail.com
GUIA DE LOS NIÑOS
Es una revista bimestral de distribución gratuita.
Tirada: 10,000 ejemplares.
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