Hoy día nuestra sociedad necesita de más adultos emocionalmente sanos, por lo tanto, el invertir en la educación emocional de los niños se convierte en una prioridad. Las emociones se desarrollan durante todo el ciclo vital del ser humano y los expertos recomiendan iniciar desde los 2 y 3 años.
Compartimos aquí 5 maneras en que padres y educadores podemos desarrollar niños emocionalmente sanos:
Las emociones no se deben reprimir. En vez de decirle a un niño que se ve feo llorando, o que enojarse es malo; lo saludable es validar la emoción que siente en el momento y enseñarle a manifestar dicha emoción través de una conducta aceptable. Como dice José María Toro: “De qué sirve que un niño sepa colocar Neptuno en el Universo si no sabe dónde poner su tristeza o su rabia”.
Cuando un niño puede nombrar su emoción, se le abre el camino para poder manejar su estado emocional. Nombrar una emoción y reconocerla es el primer paso para iniciar a desarrollar la inteligencia emocional. Este paso puede comenzar con nosotros los adultos. Si somos capaces de identificar nuestra emoción y expresarla de forma genuina, le damos la oportunidad a los niños que hagan lo mismo.
Algunos expertos dicen que la empatía es una habilidad innata y otros dicen que se desarrolla. Lo cierto es que la empatía sí se puede desarrollar en los niños. Podemos enseñarla a través de cuentos, juegos o vivencias reales. Las preguntas tienen un rol clave. Podemos ayudarlos preguntándoles: ¿cómo crees que Pablo se sintió? ¿Qué podemos hacer para ayudarlo a sentirse mejor? ¿Qué emociones sentirías tú si eso te pasara?
El alentar a los niños es clave para desarrollar niños seguros de sí mismos y, por ende, convertirse en adultos confiados. El aliento tiene como propósito motivar a los niños a dar lo mejor de sí. Cuando alentamos le enviamos un mensaje a los niños de que son capaces y de que confiamos en su potencial. Algunos mensajes de aliento son: “Confío en que lo puedes hacer”, o “Tú puedes lograrlo”.
Para educar niños sanos es esencial ser muy conscientes de nuestros sentimientos como adultos y de la forma en que regulamos nuestra conducta. Los niños nos observan constantemente y somos su modelo para seguir.
Si nos lo proponemos, diariamente contamos con oportunidades de educar niños sanos emocionalmente que puedan crecer en entornos donde sean amados, respetados y comprendidos. Recuerda que entre más habilidades socioemocionales desarrollen, más calidad de vida tendrán y más próspera será nuestra sociedad.
Jamie Mou
Psicóloga infanto-juvenil
GUIA DE LOS NIÑOS
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Tirada: 10,000 ejemplares.